MOVIMIENTOS RELIGIOSOS, ESOTÉRICOS... SWEDENBORG Y LOS SWEDENBORGIANOS
Emanuel Swedemborg, hijo de Jesper Swedberg (el apellido cambió con posterioridad), profesor universitario y obispo luterano perteneciente a una acaudalada familia con intereses en la industria minera, nació en Estocolmo en 1688.
Tras realizar sus estudios superiores en la Universidad de Uppsala (Suecia) dedicó gran parte de su vida a la investigación en muy diversas parcelas de la ciencia (matemáticas, química, biología, física, astronomía,
filosofía...), a las cuales contribuyó con notables innovaciones, teorías y descubrimientos.
Superada la cincuentena, Swedemborg afirma tener extraños sueños, visiones y experiencias místicas y redirige sus investigaciones hacia el ámbito de la teología. Algunos de sus detractores afirman que Swedemborg desarrolló entonces algún trastorno mental.
Se le atribuyen en esta etapa varias demostraciones de clarividencia, la más célebre de las cuales tuvo lugar en Julio de 1759. A las 6 de la tarde de una fecha sobre la que no hay consenso, durante una cena en Gothenburg, Swedenborg, visiblemente alterado, comunicó al grupo de personas con el que se encontraba que se había declarado un incendio en Estocolmo, a 405 Km de allí y que algunas casas cercanas a la suya estaban en llamas. Al cabo de dos horas Swedenborg informó a sus contertulios de que el fuego había parado a escasa distancia de su casa.
Posteriormente se confirmó la exactitud de los hechos relatados por Swedenborg y de las horas a las cuales según él éstos habían ocurrido.
El día 29 de Marzo de 1772, en la fecha que él mismo había predicho, Swedenborg muere en Londres.
En vida Swedenborg habló de una Nueva Iglesia que sería fundada sobre su teología pero no constituyó ninguna organización. El 7 de Mayo de 1787, 15 años después de su muerte, tiene lugar en Londres la fundación de la Nueva Iglesia, un movimiento religioso basado en las teorías de Swedenborg.
En 1817 el movimiento se extiende a Norteamérica con la fundación de la Convención General de la Nueva Iglesia, actualmente también conocida como la Iglesia Swedenborgiana de Norteamérica.
Posteriores discrepancias en el seno del movimiento provocan sendas escisiones que dan origen a la Academia de la Nueva Iglesia, posteriormente conocida como la Iglesia General de Nueva la Jerusalén y la Nueva Iglesia del Señor Que Es Nova Hierosolyma.
Actualmente (año 2000) los datos de afiliación de las diferentes facciones del movimento swedenborgiano son las siguientes:
Conferencia General (Reino Unido): 1.314
Convención General (USA): 2.029
Iglesia General de la Nueva Jerusalén: 5.563
La Nueva Iglesia del Señor Que Es Nova Hierosolyma: 1.000
Incluyendo en el cómputo a los swedemborgianos existentes en otros lugares como Australia, Alemania, Asia, Africa y Suramérica se calcula que existen en el mundo entre 25.000 y 30.000 personas adscritas al movimiento.
HACKEANDO MATRIX
HACKEANDO MATRIX
Hackear un sistema informático consiste esencialmente en introducirse en un sistema identificando con ayuda del ingenio y de un gran bagaje de conocimientos las fisuras de dicho sistema, las brechas de seguridad que presenta. O lo que es lo mismo, descifrar un sistema informático, alcanzar un conocimiento tal del modo en que funciona y de sus entresijos que el encontrar una vulnerabilidad en él no sea más que una cuestión de tiempo y en última instancia nos permita dominarlo.
Al igual que un sistema informático ajeno, la realidad es un sistema opaco. Opaco por cuanto otros agentes que operan en él pretenden (y por muy conspiranóico o pueril que pueda sonar esta afirmación es rigurosamente cierta) ocultar sus engranajes reales y colocar ante nosotros un decorado que distorsiona nuestra realidad, asemejándonos mucho a las masas informes de esclavos presentes en las sociedades distópicas de la literatura ciberpunk.
Por evitar ser tildado de conspiranóico sin argumentos pondré un ejemplo concreto (y recurrente en mis alegatos), el de la salud. La todopoderosa industria de la salud lleva ya más de 100 años invirtiendo ingentes sumas de dinero en un lavado de cerebro global, instrumentado fundamentalmente por medio de los sistemas sanitarios y docentes de los paises occidentales, que pretende ocultar a la humanidad el hecho de que el organismo humano es un dispositivo extremadamente eficaz, por cuanto es el resultado de miles de años de adaptación al medio, que, en ausencia de agresiones y aplicando un enfoque preventivo y holístico, tiende al equilibrio, y reemplazar esa realidad por la idea central de su infame campaña: que el cuerpo humano es un organismo frágil, propenso a la enfermedad, que necesita del arsenal de sustancias tóxicas que ellos nos procuran para sobrevivir en un medio, más aún que hostil, destructivo.
Y la parcela de la salud es sólo una parte de la trama. Esa desfiguración interesada y deliberada de nuestra realidad afecta prácticamente a todos los aspectos de nuestras vidas y sólo uno mismo puede rasgar el telón que han interpuesto entre nosostros y el mundo real y ver qué hay detrás de él.
Hackear un sistema informático consiste esencialmente en introducirse en un sistema identificando con ayuda del ingenio y de un gran bagaje de conocimientos las fisuras de dicho sistema, las brechas de seguridad que presenta. O lo que es lo mismo, descifrar un sistema informático, alcanzar un conocimiento tal del modo en que funciona y de sus entresijos que el encontrar una vulnerabilidad en él no sea más que una cuestión de tiempo y en última instancia nos permita dominarlo.
Al igual que un sistema informático ajeno, la realidad es un sistema opaco. Opaco por cuanto otros agentes que operan en él pretenden (y por muy conspiranóico o pueril que pueda sonar esta afirmación es rigurosamente cierta) ocultar sus engranajes reales y colocar ante nosotros un decorado que distorsiona nuestra realidad, asemejándonos mucho a las masas informes de esclavos presentes en las sociedades distópicas de la literatura ciberpunk.
Por evitar ser tildado de conspiranóico sin argumentos pondré un ejemplo concreto (y recurrente en mis alegatos), el de la salud. La todopoderosa industria de la salud lleva ya más de 100 años invirtiendo ingentes sumas de dinero en un lavado de cerebro global, instrumentado fundamentalmente por medio de los sistemas sanitarios y docentes de los paises occidentales, que pretende ocultar a la humanidad el hecho de que el organismo humano es un dispositivo extremadamente eficaz, por cuanto es el resultado de miles de años de adaptación al medio, que, en ausencia de agresiones y aplicando un enfoque preventivo y holístico, tiende al equilibrio, y reemplazar esa realidad por la idea central de su infame campaña: que el cuerpo humano es un organismo frágil, propenso a la enfermedad, que necesita del arsenal de sustancias tóxicas que ellos nos procuran para sobrevivir en un medio, más aún que hostil, destructivo.
Y la parcela de la salud es sólo una parte de la trama. Esa desfiguración interesada y deliberada de nuestra realidad afecta prácticamente a todos los aspectos de nuestras vidas y sólo uno mismo puede rasgar el telón que han interpuesto entre nosostros y el mundo real y ver qué hay detrás de él.
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