LA DINASTÍA FLAVIA

LA DINASTÍA FLAVIA

Vespasiano (69 - 79)

En el marco de las guerras civiles que siguieron a la muerte de Nerón, último emperador de la dinastía Julio-Claudia, las tropas leales a Vespasiano derrotaron a las de Vitelio, convirtiéndolo en emperador. Es considerado un gestor eficaz que, en marcado contraste con Nerón, devolvió el equilibro presupuestario a las arcas de Roma. A pesar de su austeridad realizó
grandes obras públicas, entre las cuales destaca el inicio de la construcción del Coliseo. Es notoria la campaña propagandística que llevó a cabo durante su mandato y que incluyó, entre otras acciones la censura de cualquier material a publicar que pudiera mostrarse crítico con su persona y el soborno de los historiadores del momento. Murió como consecuencia
de unas fiebres.

Tito (79 - 81)

Hijo natural de Vespasiano. Durante su breve mandato dio repetidas muestras de bondad y generosidad, no escatimando esfuerzos ni recursos (incluso recursos propios) en la asistencia a los afectados por la erupción del Vesubio y por la epidemia de peste bubónica acontecidas durante su regencia y en la reconstrucción de la parte de la ciudad afectada por el gran incendio ocurrido años atrás. Terminó las obras del Coliseo, iniciadas por su padre. No se sabe con seguridad si murió por causa de unas fiebres o asesinado por su hermano Domiciano, quien con anterioridad había conspirado contra él.

Domiciano (81 - 96)

Hijo de Vespasiano y hermano de Tito. Se le atribuyen acciones y comportamientos que de ser ciertos atestiguarían una naturaleza paranóica, despótica, sádica y vengativa, que lo equipararía a personajes tan odiados como Calígula o Nerón. No obstante, la historiografía actual alberga ciertas dudas sobre la objetividad de las fuentes disponibles. Murió asesinado, víctima de una conspiración.

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